Dr. Miguel Angel Velazco Ovando
Emiliano Zapata No. 410 / Col. Universidad / Toluca, Edo. de México
¿Qué es una adicción?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.
Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad.
Para poder hablar de dependencia física y psicológica las personas presentan tres o más de los siguientes criterios en un período de 12 meses:
Así, la persona empieza usando drogas o comportamientos como medio para evadirse y/o “estar bien” y progresivamente va necesitando la misma rutina o droga para “estar normal” hasta que su abuso llega a permitirle “estar normal” cada vez menos tiempo.
La adicción es, además, una enfermedad que afecta a la persona en varios aspectos a la vez:
¿A qué llamamos drogas?
Según la OMS, definen como droga a “toda sustancia que introducida en el organismo vivo puede modificar una o varias de sus funciones alterando los pensamientos, emociones, percepciones y conductas en una dirección que pueda hacer deseable repetir la experiencia, pudiendo provocar mecanismos de tolerancia y dependencia”.
Tanto el alcohol como el tabaco son drogas legales. Ambas, son las causantes de la mayor cantidad de muertes evitables en la actualidad. La diferencia principal del tabaco y el alcohol con las demás drogas sociales como la marihuana y la cocaína, se presenta en la facilidad de su adquisición.
ALCOHOL
Este depresor del sistema nervioso central, es la droga legal de más alto consumo y cuenta con un mayor número de adictos, debido a que las bebidas que lo contienen gozan de gran aceptación social y su consumo se encuentra muy arraigado en nuestra cultura.
El alcohol etílico que contienen las bebidas, se produce durante la fermentación de los azúcares por las levaduras, es el que provoca la embriaguez.
¿Qué se entiende por consumo de alcohol?
Se puede describir el consumo de alcohol en términos de gramos de alcohol consumidos o de bebidas estándar. En Latinoamérica, no todos los países poseen una definición de bebida estándar; en Estados Unidos y Canadá una bebida estándar contiene entre 13 y 14 gramos de alcohol.
A nivel científico, los informes sobre cantidad de alcohol consumido deben estar expresados en gramos de alcohol absoluto, para facilitar las comparaciones entre un país y otro.
El término bebida estándar es utilizado para simplificar la medición del consumo de alcohol. A pesar de que esto puede ser inexacto, su nivel de precisión es suficientemente bueno para recomendarlo como método para calcular el consumo de alcohol en distintos ámbitos, como por ejemplo, en salas de urgencias y accidentes, en centros de atención primaria y en pacientes internados.
La Organización Mundial de la Salud propuso los siguientes valores para las bebidas estándar:
Por su gravedad específica, un mililitro de alcohol contiene 0.785g de alcohol puro; por lo tanto, la definición de la OMS con respecto a las bebidas estándar es de aproximadamente 13 g de alcohol.
¿Qué es la cocaína?
La cocaína es una droga del grupo de las sustancias psicoactivas, es decir, que produce efectos estimulantes directos sobre el sistema nervioso central, principalmente sobre el cerebro. Entre sus características diferenciadoras está su alta capacidad de producir adicción, por lo que aun en pequeñas dosis puede generar una gran dependencia; otro de sus efectos es una rápida tolerancia a la dosis, por lo que se requiere consumir cada vez mayor cantidad para conseguir los mismos resultados, sin que el individuo sea consciente de que con ello se inicia el ciclo de toxicidad que acompaña la adicción a la cocaína
Se trata de una droga especialmente perniciosa para la salud, tanto física como mental, incluso en pequeñas dosis, siendo sus efectos peores cuanto más tiempo se lleve consumiendo o cuanta más cantidad se use, y extendiéndose sus consecuencias más allá del ámbito personal, al afectar también a la pareja, familia y amigos.
Al ser una sustancia estimulante provoca en el consumidor una euforia rápida y momentánea, acompañada de una ficticia sensación de bienestar e hipervigilancia, que hace que el sujeto se muestre más enérgico y experimente una disminución del apetito y de la necesidad de dormir, a consecuencia de la estimulación química de las vías dopaminérgicas de los centros del placer del cerebro, a la vez que se inhiben los centros de la autoregulación, por lo que es más fácil presentar conductas desinhibidas, que pueden llegar a poner en riesgo la propia vida del consumidor, o la de otros si por ejemplo conduce un vehículo bajo los efectos de la droga.
El consumo de cocaína provoca una sobreexcitación del organismo, con un incremento de los latidos cardíacos, la presión arterial y la temperatura corporal y, dependiendo de la cantidad de droga, también puede desencadenar ansiedad, temblores, irritabilidad, paranoia y comportamiento violento. Tras un corto período de tiempo, que abarca desde unos pocos minutos hasta una hora después del consumo de la sustancia, se produce el efecto contrario, una fuerte caída del estado de ánimo acompañado de apatía, que ha sido equiparado a entrar drásticamente en un estado depresivo.
Aunque la idea no está generalizada en todos los consumidores, los más jóvenes suelen compartir la creencia de que se trata de una droga sexual, con efectos similares a la viagra, lo que les incita a probarla y a iniciar un consumo regular, con el agravante añadido de que muchos la mezclan con alcohol u otras sustancias tóxicas, lo que dificulta aún más las posibilidades de tratamiento.
Consecuencias de la adicción a la cocaína
Entre las consecuencias crónicas del consumo de cocaína está la disminución drástica del apetito, lo que va a provocar una restricción en la ingesta y, por tanto, una pérdida importante de peso, igualmente pueden presentarse episodios paranoides, con alucinaciones auditivas, junto a una pérdida del sentido de la realidad. Además, y dependiendo del modo de uso de la droga, también va a tener importantes secuelas físicas debido a sus efectos de sobreexcitación del sistema sanguíneo.
El cocainómano difícilmente va a aceptar que tiene un problema de adicción a una sustancia que le proporciona tanto placer, y mientras tanto el deterioro social le puede llevar a la separación o divorcio, la pérdida de la custodia de los hijos, y hasta el despido; todo aquello por lo que tanto ha luchado lo va perdiendo con cada dosis que consume.